Superación

Kanté, de chatarrero a campeón del mundo y de la Champions

No lo aceptaban por su estatura, juntó basura para sobrevivir, coqueteó con el rugby. Su esfuerzo valió la pena: figura clave de este Chelsea ganador.

Quizá no tiene el brillo de la zurda fina de Havertz o de Mason Mount, Hay jugadores que parecen señalados a ser capitanes del esfuerzo y uno de esos es N'Golo Kanté. Que en Rusia 2018 fue clave para que Francia fuera campeon del mundo y que en esta final de la Champions League resultó determinante para el Chelsea campeón antes el Manchester City.

Este volante de 30 años, que como dice Pogba tiene "como 15 pulmones, no se entiende que corra tanto", sabe el sacrificio que le costó ganarse el lugar que ocupa hoy en el fútbol mundial.

Kanté mide hoy 1,68 metros. Ahora su baja altura no parece un impedimento para enfrentar a quién sea, pero antes... Las trabas de chico fueron muchas porque lo rechazaron de muchos clubes justamente por falta de centímetros. Padres de Mali, familia muy humilde y la necesidad de darse una mano lo hicieron recorrer, a los siete años los barrios de París buscando chatarra para reciclar.


Infancia difícil

Sin equipo de fútbol que lo recibiera la vida no le daba un guiño. A los 11 se murió el papá y entre los nueve hermanos tuvieron que redoblar el trabajo de chatarrero. El Boulogne primero y el Caen después de la Ligue 2 le dieron un lugar aunque en esos tiempos también coqueteaba con el rugby. "Cuando era joven hice un tackle en un torneo y mi profesor me avisó de que un ojeador se había quedado con mi nombre. Me dijo que tenía buen espíritu y condiciones para ser jugador de rugby", recordó en algún momento Kanté.

Claudio Ranieri se lo llevó al Leicester en 2015 y luego de esa gran temporada ganando el título, el Chelsea se lo compró por 30 millones de euros en donde ganó otro torneo de liga y la FA Cup Out del Mundial 2014.  Su compañero de equipo, el belga Eden Hazard, mucho antes de que Francia eliminara a Bélgica lo apodó The rat, La rata Kanté. "Es inaguantable en la cancha".  Michael Ballack lo describió como "una mosca molesta".

En el 2015, Mali se le acercó para ofrecerle jugar la Selección y Kanté prefirió seguir concentrado en el Caen. En 2016, volvieron a llamarlo pero dijo que esperaba una invitación de Francia. Que finalmente llegó en el 2017.

A los 30 años, este chatarrero, Rata, Mosca, o como quieran llamarle, es un trabajador incansable del mediocampo. Intuitivo y rápido para el quite y con buen pase. Ese que cuando el Manchester City amenazaba levantarse, él recuperaba la bocha menos pensada. Cuando el Chelsea baja un mínimo la intensidad, Kanté sacaba aire de donde fuera. Un crack del sacrificio que en tres años levantó las dos copas más difíciles de ganar.

Fuente: Olé.