Fútbol base

¿Por qué dos niños bajo el mismo entrenamiento no mejoran lo mismo?

Una de las respuestas más demandada por los entrenadores en general, y por los de fútbol base en particular, es esa que responda a la pregunta de cuál es el método de entrenamiento ideal para conseguir la mejora más amplia posible en los jugadores que tenemos. Es decir, qué metodología seguir en el diseño de las tareas motrices y qué rumbo seguir en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Tener una respuesta a esta pregunta, y que además esté aceptada como verdad absoluta, sería, sin lugar a dudas, una ayuda a la hora de elegir sobre qué metodología de entrenamiento construir las tareas que me ayuden a alcanzar mi objetivo, que en el fútbol base no debería de ser otro que formar, por encima de ganar. Una metodología que ayude a mis jugadores a alcanzar su potencial, mejorando física, técnica, táctica y psicológicamente.

Pero la realidad es que, a día de hoy, no existe esa respuesta. Es tan clara su inexistencia como la cantidad infinita de métodos llevados a cabo cada semana en las diferentes sesiones de entrenamiento que tienen lugar a lo largo y ancho del mundo. Si se hubiese descubierto un método infalible parece poco probable que se pusiesen en práctica cada semana métodos que no fuesen el “bueno”.

De todos modos, quizás sea el momento de decir que es imposible de demostrar qué método es el mejor. Incluso parece difícil asegurar que un determinado método es el mejor para un determinado equipo, o para un determinado jugador. Para poder determinar que un método produce unos beneficios superiores a otro harían falta dos grupos homogéneos, que partiesen del mismo punto y que fuesen entrenados el mismo tiempo con métodos diferentes para poder evaluar después cuál de los dos grupos evoluciona más.

Pero esto es imposible, primero por la evidencia de que no existen dos grupos homogéneos que partan del mismo punto y segundo porque la evolución de los niños no sólo reside en el entrenamiento. Si al término del mismo un niño se marcha a casa en coche y otro se marcha a casa andando ya están desarrollando su motricidad de manera diferente, desarrollo que repercutirá en sus habilidades futbolísticas. Si un niño antes del entrenamiento está tirado en el sofá jugando a la consola y otro niño en el mismo periodo de tiempo está jugando en el parque, ya no están teniendo el mismo desarrollo psicomotor. Lo que quiero decir es que aunque encontrásemos dos grupos homogéneos sería imposible excluir del estudio los factores externos al mismo, los cuales en etapas de formación son tan importantes.

Un ejemplo claro es el caso de dos hermanos gemelos que ambos juegan al fútbol desde pequeños. ¿Por qué uno es mejor que el otro si ambos fueron siempre entrenados bajo el mismo método? ¿Había un método que se adaptaba mejor a uno y otro método distinto, no utilizado, que se adaptaba mejor al otro gemelo? No se puede saber. Quizás el método utilizado era el adecuado para ambos niños y simplemente uno de los dos traía más experiencias motrices en la mochila que el otro.

O pongamos el caso de dos niños que el primer día se movían igual, golpeaban la pelota igual… Pero al cabo de cuatro años, con los mismos entrenamientos, uno de los dos es mucho mejor que el otro. ¿Por qué? Parecía que los dos necesitaban el mismo tipo de entrenamiento, y posiblemente así fuese, entonces, ¿por qué no evolucionaron igual?

La respuesta está en lo que se llama sistema complejo dinámico y en los procesos no lineales. El fútbol, por ejemplo, es un deporte no lineal y es un sistema complejo dinámico (os invito a que investiguéis sobre cómo influye la teoría de los sistemas complejos dinámicos en el deporte). Pero en este caso el sistema complejo dinámico que nos interesa es el ser humano.

El comportamiento del ser humano como sistema depende mucho de las condiciones iniciales y, además, este comportamiento no va a ser lineal. Es decir, “si uso un cañón para disparar un proyectil de cierto peso, a cierta velocidad y con cierto ángulo de inclinación, y si después disparo un segundo proyectil con peso, velocidad y ángulo casi iguales, ¿qué ocurre? Que los dos proyectiles caerán en el mismo punto. Eso es dinámica lineal. Pero si tengo un sistema meteorológico en el que empiezo con una cierta temperatura, una cierta velocidad del viento y una cierta humedad, y si después lo repito casi con las mismas temperatura, viento y humedad, el segundo sistema no se comportará casi igual, se desviará y rápidamente se hará muy diferente del primero; tormentas de truenos en vez de sol. Eso es dinámica no lineal. Es sensible a las condiciones iniciales: diferencias diminutas resultan amplificadas” (Crichton, 1990).

Vamos, que niños que con seis años jugaban casi igual de bien, con doce años es muy probable que ya no sea así. Diferencias diminutas resultan, con el tiempo, amplificadas.

Fuente: Futbol Base 10.