Clubes de barrio

Un objetivo primordial: volver a ser inclusivos

Por Sebastián Bancora (*)

Algunos clubes de barrio, lamentablemente, dejaron de ser inclusivos.

Cuando uno era chico y quería jugar al fútbol en un club, solo tenía que acercarse a la entidad, presentarse a los profes, conocer a sus compañeros y así empezar a jugar. No importaba si jugabas bien, muy bien o mal. El club era un lugar de encuentro donde uno forjaba amistades para toda la vida y se aprendía a tener un sentido de pertenencia por esa institución que le había abierto las puertas sin importarle las condiciones que uno tenía.

Hoy la cosa cambió, los clubes tienen personal más calificado para entrenar a los chicos, mejores predios y más elementos para entrenar. Pero les falta corazón, solo les interesa competir.

Los clubes no invitan más a los chicos para que vengan a sumarse a las divisiones inferiores, los invitan a probarse. Lo que hace que, si el nene que va no tuvo un buen día, no le agrado al entrenador o simplemente no juega bien al fútbol; le dicen que no quedo y que no va a poder realizar la actividad en el club, automáticamente las puertas de la institución quedan cerradas para ese chico que fue con toda la ilusión a practicar un deporte.

Lo que no solo me parece discriminatorio y doloroso para un niño; sino que aleja a la gente del club. El pibe que no es bueno quizás sea el que más amor por el club tenga y ese pibe quizás nunca llegue a jugar en primera, pero puede ser un gran dirigente o excelente colaborador. Por eso hay que sumar y no restar.

 Si tengo muchos chicos hay que fijarse que puedo hacer para albergar más y nunca rechazarlos. Y mucho menos decirle que no pueden quedar a un nene, por lo menos comuníquense con los padres para ver como manejan la desazón que le provocaron al menor.

Alguien se pregunta qué puede pasar con ese chico que no puede practicar el deporte que quería. Quizás muchos dirán que elija otro club y listo, pero si no tiene otro club cerca y a nadie que lo pueda llevar a otro lado.

Les voy a marcar un lema que siempre se pronuncian en los clubes “Un niño más en un club, es un niño menos en la calle”.

La verdad que la desilusión me invade, pero no soy el dueño de la verdad y quizás el equivocado sea yo.

(*) Periodista de "A la Cancha", que se emite por FM Altos