La relación entre Cesar Luis Menotti y Diego Armando Maradona, cuyos nombres deberían figurar en letras de mármol en la historia de la Selección Argentina, fue la de dos personas que pasaron desde una admiración mutua casi permanente hasta peleas muy fuertes, incluso con munición verbal violenta, pero con una sensación final: si bien es cierto que Diego llegó a lo más alto en México 1986 con Carlos Salvador Bilardo -el rival futbolístico de Menotti-, no parece errado suponer que Maradona prefería íntimamente a Menotti. O al menos eso dijo en 1996, cuando aseguró: “Si de toda mi carrera tengo que elegir un solo técnico, ése sería Menotti”.
El primer técnico campeón del mundo con la Selección, es cierto, le provocó a Maradona el mayor dolor de su carrera: no lo citó para Argentina 1978. Lo que hoy parece una herejía, y entonces para muchos también lo fue, puede entenderse desde el contexto. Diego tenía 17 años y, hasta el Mundial, ya era un fenómeno en Argentinos Juniors pero casi no tenía experiencia en la selección: sólo había jugado cuatro partidos, y apenas uno de ellos como titular.
“Nunca le voy a perdonar a Menotti que me haya dejado afuera del Mundial ’78. Mi casa era un velorio. Lloraban mi mamá, mis hermanas, los primos... Fue un drama, algo imborrable”, dijo varias veces, pero incluso lo repitió 15 años después, en 1993, cuando ya se había desquitado en México 1986 –y, en menor medida, en el Mundial Juvenil de Japón 1979, cuando se consagró campeón con el propio Flaco en el banco-.
Menotti admiraba y protegía al joven prodigio pero, es cierto, cada tanto también mantenía la distancia, le marcaba la cancha. “Maradona será Pelé cuando haga mil goles”, dijo el técnico en 1981, cuando Diego la rompía en Boca, e incluso muchos años después insistiría en que el brasileño –de quien Menotti fue compañero en el Santos, en su época como jugador- fue el mejor futbolista que vio en su vida, incluso por sobre Maradona.
Sin embargo, la química entre ambos fue mutua durante un buen tiempo e incluso sobrevivió primero al fracaso de Argentina en España 1982 y luego a la experiencia con sabor a menos de lo esperado de ambos en el Barcelona.
-Menotti tiene una personalidad especial que hace que uno le crea todo (1980).
-César es un fenómeno, como tipo y como entrenador (1982).
-A Menotti le agradezco para siempre lo que me dijo cuando me dejó afuera de la Selección en el 78. Me habló como se le habla a un hijo y no lo voy a olvidar jamás (1985).
-La llegada de Menotti al Barcelona fue como si hubiera salido el sol (1985).
-El Flaco te convence con dos palabras. Es más seductor que Bilardo y transmite más seguridad (1985).
-Menotti es Gardel y Julio Sosa (1985).
Pero algo cambió en la antesala de México 1986, cuando la pelea entre Menotti y Bilardo –ya al frente de la Selección- se hizo violenta desde lo verbal. Maradona pasó entonces a defender a su técnico del momento, que además sacaría su mejor provecho: puede ser que Diego sintiera más afinidad por el fútbol ofensivo de Menotti, pero a la vez fue Bilardo quien lo potenció y lo rodeó hasta el título del mundo en México. De hecho, en medio de esas disputas, Menotti dijo que Maradona era un barrilete, frase que luego tomaría Víctor Hugo Morales para describir como un “barrilete cósmico” a Maradona en el segundo gol a Inglaterra, una ironía contra el DT campeón en 1978.
No sólo eso: Menotti llegó a decir, antes de México 1986, que “Maradona ha perdido su identidad desde hace tiempo y cada vez va peor. Lo demuestra ahora que quiere comprarse un Rolls Royce. El fútbol es un juego del pueblo y los profesionales de este deporte se tienen que preocupar por los intereses populares, no hacer lo que hace Maradona”. Como las relaciones suelen ser recíprocas, en los años siguientes Diego sería muy crítico de Menotti. Eran, además, épocas en la que los futbolistas y los técnicos lanzaban frases ácidas a través del periodismo que hoy parecen imposibles.
-Menotti, como hombre, no existe (1987).
-El periodismo menottista traicionó a esta Selección (1988).
-No me gustan los comunistas en Mercedes Benz y con un Rolex Presidente en la muñeca (1989).
-Menotti me dio todo y me sacó todo (1989).
-Menotti dice estupideces, que yo antes era de Independiente y después me hice de Boca. Para que sepa, yo a los rojos los iba a ver con el Colorado, el marido de mi hermana la Quiti. Pero viene a dudar de que soy o no de Boca. Mejor que aprenda un poco de coherencia, que es lo que le falta (1989)
-Antes me peleaba por él. Ahora me dejo pegar (1989).
-Ese individuo, conmigo, no tiene nada que ver. Ese tipo me molesta (1990).
-Antes de México ’86 dijo que yo era un barrilete y que el equipo no pasaba de primera rueda. Ojalá que ahora no nos dé como favoritos y, como dicen en Italia, sea porta male (1990, antes del Mundial, acusándolo de mufa).
Sin embargo, tras Italia 1990 y la finalización del ciclo de Bilardo en la selección –y de la pelea que Diego y el Narigón tuvieron en el Sevilla, en 1993-, Maradona de a poco se reconcilió con Menotti y volvió a rendirse ante su sabiduría.
-Le voy a pedir a Menotti que me dé clases particulares para ser director técnico (1994).
-¿El Flaco? El Flaco es lo máximo, quien más me llega cuando me habla (1995).
-Si de toda mi carrera tengo que elegir un solo técnico, ése sería Menotti (1996).
Ya en 2017, Diego repitió en TyC Sports el mayor elogio posible al Flaco: “El mejor DT en la historia de la Selección Argentina fue Menotti”, dijo, y un par de años después festejaría en redes sociales su regreso a la AFA como director de selecciones nacionales: “Me da un gran placer. Lo único que pido es que a Menotti todavía le queden fuerzas para encaminar al fútbol argentino, porque él sabe cómo hacerlo”. Maradona moriría al año siguiente, durante la pandemia, y Menotti, también en diálogo con TyC Sports, diría estar “destruido”.
Si es verdad que “Los que aman, odian”, como la novela de Bioy Casares, Maradona y Menotti también se pelearon bastante pero a la vez se quisieron mucho, muchísimo más.