El fútbol formativo tampoco escapa a un mundo que últimamente se ha caracterizado por la polarización. Cuando observamos un partido de fútbol base normalmente existen dos bandos; el que se queda prendado por el jugador físico, con buen golpeo y rápido que suele destacar sobremanera o, por otro lado, al que se le cae la baba con el pequeño jugón, con una camiseta que le viene casi por las rodillas, escurridizo, ágil y que evita el cuerpo a cuerpo para hacer su fútbol. Todos ellos, con sus características, deberían pasar por un proceso de desarrollo motriz para acabar de construir todo un registro de patrones de movimiento donde El que acabe dominando su cuerpo, dominará el mundo.
En este sentido, las habilidades fundamentales de movimiento van a posibilitar la adquisición de patrones más complejos y son el pilar fundamental para lograr una alfabetización física adecuada. Del mismo modo, estas habilidades no sólo beneficiarán al desarrollo deportivo de nuestros jugadores, sino que proporcionarán la base para un estilo de vida activo en un futuro, puesto que se ha demostrado cómo la competencia motriz aumenta la realización de actividad física en etapas posteriores.
Centrándonos en el aspecto puramente futbolístico, estas habilidades motrices básicas servirán de sustento no sólo a capacidades y movimientos más complejos, sino que serán un gran apoyo para el desarrollo de la técnica más específica de nuestro deporte. Un niño que tenga dificultad para girar el cuerpo hacia su pierna mala puede tener dificultad para realizar ciertos tipos de controles con el balón, por ejemplo. A su vez, podría pasar lo mismo con ciertos tipos de carrera o de salto.
Con todo ello, y siguiendo lo que exponen Diego Alexandre Alonso Aubin e Iván Chulvi en el libro “Predeporte”(2021), encontramos 4 grupos de habilidades que componen los ABC’S del movimiento en la etapa fundamental de desarrollo del joven futbolista. Estos 4 componentes se dividen en agilidad, equilibrio, coordinación y velocidad.
Sobre cómo enfocar el entrenamiento de la velocidad en el joven deportista, os dejo un par de ejemplos:
En definitiva, resulta necesario perseguir una alfabetización motriz lo más rica posible en nuestros jóvenes jugadores, con tal de crear un futuro adulto robusto (cuanto mayor sea su competencia motriz y gama de movimientos, estaremos cerca de disminuir factores de riesgo lesionales), hábil y, lo que es más importante, con una base motriz importante para mantener unos buenos hábitos saludables.
Fuente: FútbolBase