Junto a Blas Gueper y Leandro Martorano

Con el 5 en la espalda y en el juego

Dos cultores de gran proyección de nuestro fútbol liguista. Uno en Villa Mitre y el otro en Olimpo, no dejan de ser chicos, pero juegan como grandes.

Por Walter Gullaci. Docente del IRS y periodista de La Nueva.

Son pibes, pero se desempeñan como grandes en una zona neurálgica de la cancha, la que suele transitar un "5" como los de antes, esos que ocupan bien el centro del escenario. Solos. Y desde allí manejan el humor, el equilibrio, los tiempos de un equipo.

Blas Gueper (categoría 1996) junto a Leandro Martorano (95) son grandes proyectos y cultores de ese puesto. Porque a su juventud, por otra parte, le agregan una dosis de calma para parecer dos jugadores de experiencia.

Blas, oriundo de Algarrobo y estudiante del profesorado de Educación Fisica, es volante central de Villa Mitre. Y Leandro, bahiense, se pone la "5" de Olimpo, con el aditamento de haber jugado unos minutos en la Primera división del fútbol de AFA en cancha de Arsenal, ante Estudiantes de La Plata.

Ninguno tiene representante. Pero eso no inválida ni recorta sueños e ilusiones de cara al futuro.

"Yo trato de disfrutar este presente en el torneo local con Villa Mitre. La idea es seguir creciendo y desarrollándome en este deporte que tanto me apasiona", sostiene Blas. 

"Lo mío es un poco diferente porque después de haber podido ingresar aunque sea un rato en la primera de AFA es como que tuve que adaptar un poco la cabeza para no venirme abajo. El tema es no bajar los brazos y seguir metiéndole para adelante", sostiene Leandro, quien hoy compone los planteles de reserva de AFA y de la Liga del Sur del aurinegro.

Cada uno en lo suyo

-Blas, tu momento en este Villa Mitre conformado prácticamente por mayoría de juveniles es para ilusionarse. Se nota que disfrutas del juego.

-Seguro. Martín (Carrillo, el DT) tiene mucho que ver con eso. Nosotros estamos aprendiendo como futbolistas y él está en una etapa de aprendizaje como entrenador. Y la verdad es que su propuesta, su manera de encarar el trabajo en el día nos gusta mucho. Estamos muy compenetrados con el cuerpo técnico.

-Y a vos, Leandro, qué te ofrece el fútbol local para que puedas seguir creciendo y no te estanques en tu juego.

-La Liga es muy competitiva. Tenés que correr mucho, algo que no me gusta demasiado (risas), y cuando se puede desarrollar parte de mi juego, que es más pensante, de buen manejo.

-¿Y cuál es la mayor diferencia que notás por ejemplo, con los rivales que enfrentás con la reserva de AFA?

-Y... Los campos son mejores, y quizás por ello se vea una mejor técnica. No hay tanto roce como en la Liga, pero se juega a otra velocidad.

-Está claro que con pisos mejores lo que se puede hacer a un solo movimiento, en una cancha despareja se requieren dos o tres.

-Sí, justamente, jugar en buenos pisos es clave para mejorar la técnica.

-Te imagino a vos, Blas, todavía más desarrollado en tu juego si hubieras tenido la posibilidad de formarte en, por ejemplo, el predio que hoy tiene Villa Mitre y no en aquel de tierra y piedas de calle Drago...

-Y, si, pero bueno, también sirvió aquello para madurar otras cosas.

-Es cierto lo que decís. Siempre se te nota un chico ubicado, que incluso, y esto me lo comentó la dirigencia, elegiste pelear en aquel Villa Mitre formativo antes de optar por Olimpo. Y eso el club lo debe valorar.

-Cuando llegué de Algarrobo tuve la oportunidad de entrenar en Olimpo, pero no me sentí del todo cómodo y elegí a Villa Mitre. Me siento identificado con este club y con el crecimiento que vengo llevando a cabo.

-El otro día marraste un penal justamente ante Olimpo, y a la pelota siguiente tiraste un caño memorable. Eso habla de personalidad, de manejar tu cabeza.

-Es algo que vengo aprendiendo día a día, como no cometer faltas tontas que terminen, por ejemplo, en una amarilla innecesaria.

-Como hacen, Leandro, para tener un imán y que la mayoría de las pelotas pasen primero por sus pies.

-Quizás por nuestro estilo. Yo me siento bien en esa función y cuando puedo trato de desplegar mis condiciones.

-¿Y vos Blas? 

-Lo mismo. Tengo latente una frase de mi Viejo: "Tenerla siempre, pero poquito". Me encanta participar mucho del partido y obviamente que, por mi juego, me siento cómodo con la pelota.

-¿El "5" al que le mirás cada movimiento, Leandro?

-Y, si puedo elegir a uno, Toni Kroos. Es un monstruo.

-¿Blas?

-Ya que me das a elegir, elijo a Sergio Busquets. Un fenómeno.

Ellos le hacen el aguante

"Mis Viejos son de fierro", sostiene Blas con un brillo ahora más profundo en sus ojos.

Es que Gabriela y Hugo lo acompañan siempre. A todos los partidos, a todos lados.

Son sus padres, pero de esos no invasivos. Que comparten con su hijo una tarde de fútbol, una ronda de mate, un buen asado en Algarrobo. O al final de la siesta el rito de sentarse frente al televisor para gozar o sufrir por Independiente.

Hugo terminó de despuntar el vicio de la pelota en el equipo de Veterinarios (su profesión), en la Liga de Profesionales de Bahía Blanca. Un "2" duro, pero de buen manejo de pelota y salida limpia.

Y ella, según Blas, quizás no entienda demasiado de fútbol, pero con su cámara de fotos suele retratar imágenes impensadamente futboleras. De su hijo, claro.

Representan, ambos, la categoría de padres que uno quiere y desea ver en cada una de nuestras canchas.

Acompañando en forma incondicional.

Con aliento.

Sin histerias ni presiones.

Pasar el mal trago

Se lo nota un poco confundido, con cierta dosis de amargura.

Leandro Martonaro era considerado, dos años atrás, uno de los pibes con mayor proyección en Olimpo a nivel de AFA. Sin embargo... Ha perdido protagonismo, por ejemplo, en el equipo de reserva que dirige Walter Carrio.

Fue figura en el clásico liguista que el aurinegro le ganó a Villa Mitre 1 a 0 días atrás, con sus reconocidas bondades de un "5" de categoría y proyección.

El tiempo, juez inapelable en estos casos, dirá hasta dónde llegará el fútbol y la capacidad de este chico de 20 años surgido en La Armonía y que recaló en Olimpo de la mano de Marco González..

Formadores

Blas Guerper recuerda especialmente a Gustavo Nungeser como al formador que más lo marcó. Al cabo, quien lo llevó a Villa Mitre.

En el caso de Leandro Martorano, hizo hincapié en Daniel Faur. "Es a quien más recuerdo de mi etapa formativa", dijo.