Una mañana complicada, en un principio Liniers iba a recibir a Tiro Federal en la cancha 1 del Zibecchi, pero el árbitro, Martín Tarrio decidió suspenderlo ya que la cancha no estaba en condiciones para que se disputen los partidos de las 4 categorías de menores. Por otro lado, en la cancha 3, Liniers “B” iba a jugar sus partidos de menores frente a Vista Alegre, pero en las áreas el barro era el dominante. Luego de intentar solucionar el inconveniente con tierra seca, esparcida sobre la zona fangosa, aunque no tuvo mucho efecto. Al Zibecchi se acercó Gustavo Pecini, actual presidente del departamento de fútbol formativo de la Liga del Sur y en común acuerdo con los árbitros, decidieron mudarse para la cancha 1, donde había sido suspendido Liniers y Tiro. Esta decisión trajo caras largas de ambos bandos, ya que creían que era muy perjudicial jugar bajo estas condiciones.
Una vez que ambos equipos se establecieron en la primera cancha, los árbitros fueron a inspeccionar el campo de juego, que tenía algunas zonas con barro, pero creyeron que con un poco de tierra y con el pisar de los chicos iba a ayudar a que la tierra se oree y se seque. Concluida esta requisa, tomaron la decisión de que el partido se juegue, lo cual trajo malestar en ambos bancos, siempre hablando de los técnicos. Tanto Adrián Echeverría, como Carlos Quinteros del lado de Liniers creyeron que era una locura, por el lado de Vista Alegre, Rafael Gómez estaba totalmente en contra por la determinación tomada.
Cuando estaba todo avanzado para el comienzo, la madre de uno de los chicos de Liniers entró a la zona de vestuarios y se descargó con los árbitros y las autoridades que se encontraban allí, preguntándoles quien se iba a hacer cargo si alguno de los chicos se lastimaba. En ese momento, reinó el nerviosismo, hubo diversas discusiones cruzadas, donde se expusieron los puntos de vista, y se llegó a una conclusión final: Julián Hourticolou, encargado de dirigir la 6ta, en conjunto de sus ayudantes, tomaron la decisión de suspender los tres partidos entre Liniers “B” y Vista Alegre.
Terminó siendo una mañana que poco se entendió, donde en un principio se iban a jugar los partidos en una cancha, después en otra y terminaron suspendiendo todo por las quejas de los padres, que dicho y sea de paso nada tenían que hacer dentro de la cancha. Quizás haya sido la mejor decisión la de suspender, aunque desde el lado dirigencial estaban seguros que con el correr de los minutos y las pisadas el campo de juego iba a mejorar y mucho. Los menos favorecidos en esto fueron los chicos, que tuvieron que hacer la entrada en calor, se cambiaron y no pudieron ni siquiera patear un rato la pelota, aparte de estar desde las 9 de la mañana hasta casi el mediodía esperando algún tipo de lineamiento.
No es la idea buscar un culpable a esta desorganización, sino que se siga un criterio coherente. La cancha 3 del Zibecchi estaba imposible para jugar y en la cancha 1 ya había sido suspendido el duelo por el mal estado del campo. Los pibes tuvieron que esperar la decisión 3 horas después de que llegaron, determinación que en primer momento era jugar y que termino en suspensión por la queja de los padres.