Textos y edición: Julián Ponte / Fotos: Horacio Contreras
Duro, trabado, difícil, un clásico. Y según una encuesta que hicimos hace un par de días, los clásicos de ganan. De esta manera lo interpretó Rosario, que fue a jugar a la cancha oficial de Sporting y lo ganó con mucha contundencia. Fue 3-0 y ya se asoma entre el lote de arriba.
La diferencia física que hay entre ambos equipos es notoria, los jugadores de Sporting son más bajitos y habilidosos, mientras que los de Rosario parecen máquinas, altos, corpulentos al fiel estilo alemán. Hoy esa diferencia jugó a favor del visitante, que abrió el marcador desde una pelota parada. Enzo Zandonadi dejó a todos atrás en la carrera y abajo en el salto, para impactar prácticamente sólo la pelota en las alturas y con un terrible cabezazo venció la resistencia de Damián Baumgartner.
El reloj siguió avanzando y las chances de gol fueron pocas en la primera parte, Tobías Pavicic, arquero de Rosario prácticamente no tuvo intervenciones en el juego, y salvo la del gol, el 1 de Sporting tampoco.
En los primeros minutos del complemento, llegaron más alegrías. El 2-0 lo marcó Juan Garay que con olfato de 9 goleador tomó la pelota casi en el punto de penal y con un remate suave dejó sin chances a sus rivales.
Pocos minutos pasaron hasta que llegó el 3-0. Esta vez fue tras un córner. La pelota le quedó en los pies, servida a Franco Mangione, quien estaba ubicado en el vértice del área chica. Sin pararla remató y luego de una especie de carambola terminó por establecer el último gol del partido.
El resultado quizás fue más abultado de lo que sucedió en la cancha, pero Rosario hoy no dejó dudas en el césped, fue superior a Sporting y se quedó con el clásico. Festeja la mitad de Punta Alta.
Si querés ver más goles y jugadas que casi terminan adentro, ingresá en nuestro canal de YouTube haciendo click acá.