La pasión

Matí­as Matarazzo

Escritor y periodista

La mejor escena de fútbol del cine universal fue filmada por un hincha de Independiente, en un partido de Racing. Y trata sobre la esencia misma del deporte tal como lo entendemos nosotros: la pasión.

Por eso no podría haber sido filmada en ninguna otra parte del mundo. Porque es muy difícil que la industria del cine (y su cultura de la épica individual) entienda el fútbol como juego colectivo. En donde las individualidades están subordinadas a un todo: desde la primera pelota que pateaste en el patio de tu casa, hasta el tipo que alienta desde la tribuna de cemento, fundido en la multitud, sin importa el resultado, ni en qué cancha juguemos.  

Esa pasión incompresible, es la que determina la suerte del asesino en "El secreto de sus ojos" (Juan José Campanella, 2009). De esta película estamos hablando.

Después de un año de investigación sin conseguir ninguna pista sobre el supuesto asesino de  Liliana Colotto. Benjamín Espósito (Ricardo Darín) y Pablo Sandoval (Guillermo Francella) descubren que el sospechoso es un hincha fanático de Racing. Y todos sabemos que los hinchas de Racing son especiales.

"El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar, Benjamín. No puede cambiar de pasión."

Es así que los detectives salen a buscar al asesino al lugar de su pasión: la cancha. La escena fundamental de la película se desarrolla en un plano secuencia de siete minutos que transmite el vértigo de la persecución. La cámara ingresa desde el cielo al estadio Tomás Adolfo Ducó, donde Huracán enfrenta a Racing, se posa en la tribuna donde el inspector Espósito y su ayudante Sandoval buscan hace meses al asesino, después de un inoportuno gol de Racing, viene la persecución que termina con el criminal rendido sobre el verde césped. 

Estos siete minutos llevaron tres días de rodaje, más un arduo trabajo de edición. La película tuvo casi tres años, entre pre producción, filmación y post producción. Costó millones de dólares, pero también tuvo millones de espectadores en todo el mundo, premios y reconocimiento.  

Una verdadera muestra de pasión por el cine (y por el fútbol).

Esa pasión es parte de nuestra cultura, como los libros que leemos, las películas que miramos, la música que escuchamos.  

Por eso prestarle un poco de atención a un libro o a una peli que indague un poco los alcances de esa pasión, es también entender un poco mejor el juego.