Ejemplos dentro y fuera de las canchas

El rol que deben asumir los í­dolos

La enorme influencia que puede tener un futbollista sobre la psicología y la formación de un chico, en ocasiones, no es lo suficientemente comprendida por los astros. Los mismos que suelen decir "yo no soy un ejemplo de nada", para sacarse ese "peso" que sus exposiciones mediáticas les otorgan a partir de tanta popularidad. Y la verdad es que si el destino los colocó en semejante lugar de privilegio, sí tienen que tomar responsabilidad y asumir el papel de llegar de la mejor manera a sus fieles y precoces seguidores. Ellos los adoran, imitan. Pero además gozan y sufren con cada uno de los vaivenes de sus carreras. Y merecen que se los tenga muy en cuenta.

Miren, sino, a este jovencito inglés, su carita, su gesto, cuando percibe que está a un paso de Wayne Rooney, el fantástico delantero nacido en  Liverpool, Inglaterra, el 24 de octubre de 1985, hoy en el Manchester United de la Premier League. Dueño de una carrera en la que convirtió 250 goles en 562 partidos. 

Y lo propio sucede con este otro chico romano cuando recibe el saludo nada menos que del máximo ídolo de la historia de la Roma, de Italia. Se trata de Francesco Totti, quien cerca de los 40 años (nació el 26 de septiembre de 1976) sigue desparramando talento por las canchas, con un dato extra: Solo vistió la casaca del equipo de la capital italiana, donde anotó 299 goles en 744 partidos jugados. Nada menos...

Su pequeño ejemplo, ese del gesto afectuoso con este niño, habla por sí solo que también se puede ser un grande fuera de las canchas.

Haciendo un poco de historia, surgen en nuestra cultura popular muchas identificaciones con ese sueño de llegar a emular a los grandes ídolos de la pelota. Así, por ejemplo, se denomina un tango que hizo "roncha" allá por 1945, cuando ya el fútbol movilizaba grandes ilusiones y multitudes. Con música de Juan Puey y letra de Reinaldo Yiso, así surgió:

"El sueño del pibe". 

Golpearon la puerta de la humilde casa,

la voz del cartero muy clara se oyó,

y el pibe corriendo con todas sus ansias
al perrito blanco sin querer pisó.

"Mamita, mamita" se acercó gritando;
la madre extrañada dejo el piletón
y el pibe le dijo riendo y llorando:
"El club me ha mandado hoy la citación."

Mamita querida,
ganaré dinero,
seré un Baldonedo,
un Martino, un Boyé;
dicen los muchachos
de Oeste Argentino
que tengo más tiro
que el gran Bernabé.
Vas a ver que lindo
cuando allá en la cancha
mis goles aplaudan;
seré un triunfador.
Jugaré en la quinta
después en primera,
yo sé que me espera
la consagración

Dormía el muchacho y tuvo esa noche
el sueño más lindo que pudo tener;
El estadio lleno, glorioso domingo
por fin en primera lo iban a ver.

Faltando un minuto están cero a cero;
tomó la pelota, sereno en su acción,
gambeteando a todos se enfrentó al arquero
y con fuerte tiro quebró el marcador.

Escuchalo en la versión de La Beriso con las genialidades de Diego